Un nervioso y emocionado Juan Diego recogió ayer en el Corral de Comedias, de manos de Cándido Méndez, secretario general de UGT, el premio ‘Lorenzo Luzuriaga’, en su octava edición, por su trayectoria profesional y su coherencia personal.
Rodeado de amigos y compañeros, el actor andaluz recibió aplausos de sincero cariño y encendidos elogios, como el que le dedicó Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro, quien dijo que “como dice Javier Bardem, y yo no soy nadie para llevarle la contraria, Juan Diego es el mejor actor del mundo”.
‘San Juan Diego’, como le rebautizó Méndez con cierta sorna, -por su papel de San Juan de la Cruz en ‘La noche oscura’ de Carlos Saura (1989)-, se levantó y templó nervios con un chiste sobre el calor almagreño: “Parece increíble que venga tanta gente a ver lo que se cuece aquí”. Después, dijo del premio, que concede la FETE-UGT, que era excesivo pero se mostró “agradecido” porque entiende que le llega “por saber quién es uno y por qué hace uno lo que hace”.
Diego, que nunca ha escondido su militancia comunista, agradeció a Méndez su presencia en Almagro, “en estos días difíciles, en los que la CEOE se ha comportado de manera egoísta e insolidaria” para con todos los trabajadores que lo están pasando mal por culpa de la crisis.
Méndez apuntaló esta idea con la siguiente reflexión: “Hay gente de la patronal que piensan que la crisis la tienen que padecer los trabajadores”. Ambos se referían al rechazo de la CEOE a firmar el pacto social promovido por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y los sindicatos.
El secretario general de UGT dijo que “la alternativa al ladrillo es el talento, que será la solución a los problemas que tenemos en España”.
Pero no sólo de reivindicaciones vive el hombre, en este caso el actor, y Diego aseguró que su oficio “es poco más que un enseñante, con un deseo de servicio público, de divertir, de hacer reflexionar”; y declaró que pelean “porque el espectador sea activo e inteligente, capaz de devolver y transmitir la energía” que surge en un escenario.
Entre aplausos, Juan Diego se despidió de Almagro con el consejo de Peláez resonando en el Corral: “No dejes el teatro”. Y cabría añadir, ni el cine, ni la televisión, ni la vida.
sacado del foro quemestascontando
Rodeado de amigos y compañeros, el actor andaluz recibió aplausos de sincero cariño y encendidos elogios, como el que le dedicó Andrés Peláez, director del Museo Nacional del Teatro, quien dijo que “como dice Javier Bardem, y yo no soy nadie para llevarle la contraria, Juan Diego es el mejor actor del mundo”.
‘San Juan Diego’, como le rebautizó Méndez con cierta sorna, -por su papel de San Juan de la Cruz en ‘La noche oscura’ de Carlos Saura (1989)-, se levantó y templó nervios con un chiste sobre el calor almagreño: “Parece increíble que venga tanta gente a ver lo que se cuece aquí”. Después, dijo del premio, que concede la FETE-UGT, que era excesivo pero se mostró “agradecido” porque entiende que le llega “por saber quién es uno y por qué hace uno lo que hace”.
Diego, que nunca ha escondido su militancia comunista, agradeció a Méndez su presencia en Almagro, “en estos días difíciles, en los que la CEOE se ha comportado de manera egoísta e insolidaria” para con todos los trabajadores que lo están pasando mal por culpa de la crisis.
Méndez apuntaló esta idea con la siguiente reflexión: “Hay gente de la patronal que piensan que la crisis la tienen que padecer los trabajadores”. Ambos se referían al rechazo de la CEOE a firmar el pacto social promovido por el gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero y los sindicatos.
El secretario general de UGT dijo que “la alternativa al ladrillo es el talento, que será la solución a los problemas que tenemos en España”.
Pero no sólo de reivindicaciones vive el hombre, en este caso el actor, y Diego aseguró que su oficio “es poco más que un enseñante, con un deseo de servicio público, de divertir, de hacer reflexionar”; y declaró que pelean “porque el espectador sea activo e inteligente, capaz de devolver y transmitir la energía” que surge en un escenario.
Entre aplausos, Juan Diego se despidió de Almagro con el consejo de Peláez resonando en el Corral: “No dejes el teatro”. Y cabría añadir, ni el cine, ni la televisión, ni la vida.
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