| EL RINCÓN DE... |
| Federico Celada. Actor, uno de los protagonistas de las serie 'Los Hombres de Paco de Antena 3' |
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| DIANA ARRASTIA <table cellSpacing=3 cellPadding=0 width=200 align=right border=0><tr><td>  El actor en su cama, donde compone, lee y escribe. (Foto: Carlos Alba) </TD></TR></TABLE> A Federico Celada, que comenzó con figuraciones de frase y bocadillo de mortadela en los difíciles lares del arte interpretativo, la popularidad le ha cogido por sorpresa, pero ha sabido reaccionar con una naturalidad extrema ante ella. "Sé que todo es una cuestión de largo recorrido, de permanecer, de persistir. No creo que a mí me haya cambiado en nada el ser conocido sino que, probablemente, haya cambiado la percepción de otras personas hacia mí. Trato y, es la lucha más bonita del ser humano, de ser yo mismo día a día". Lejos de la cotidianidad del actor, está la de su personaje, Curtis, que se asoma a millones de espectadores, desde una casa muy particular, la de Los hombres de Paco, en Antena 3. Cinco temporadas y una intuición, la de Federico Celada, avalan el éxito de la serie. "El primer día dije: 'Esta serie va a durar, por lo menos, cinco años'. Creo que es un producto con muchas posibilidades". Y el actor (que a punto tiene de estreno dos películas: La noche que dejó de llover, de Alfonso Zarauza, y Malas noticias, de Miguel Ángel Cárcano) apoya el buen funcionamiento de esta ficción en dos razones. "Primero, porque es una serie novedosa en cuanto al tratamiento tanto del drama como de la comedia, porque van muy entremezclados. Y, el segundo factor, es el reparto de actores, absolutamente fantástico, con una heterogeneidad y versatilidad muy logradas". Mostrarlo todo Muy aprendida tiene su personalidad Federico Celada. Porque no esconde nada, ni dentro de él mismo ni afuera, en su casa. "Es mi forma de dar la bienvenida a mi mundo". Una manera que se traduce en un mostrarlo todo. No existen armarios ni escondites. "Aparte de la luz, necesito que mi casa sea lo suficientemente acogedora para el desorden en el que tengo que vivir. Un desorden absolutamente ordenado, un caos controlado. No sé si es un principio prematuro de Diógenes, pero tiendo a almacenar, sobre todo, antigüedades que han pertenecido a mi familia hace muchos años o que he encontrado en la basura. Además, me gustan mucho las colecciones. Sólo en LP tengo 2.500 discos, además de otros tantos CD. Tengo cosas que no me importa que vea todo el mundo, porque no tengo un sentido de la privacidad de lo material, para mí la privacidad es otra cosa". Libros, discos, guitarras, maletas viejas, baúles, ropa y objetos se ordenan al descubierto y de acuerdo al caos particular del actor. Y es en su dormitorio, sobre la cama, donde lo hace todo. "Toco la guitarra, compongo, estudio los guiones, leo… En definitiva, me reafirmo, porque lo último que soy en esta vida es made in China". Una maleta de piel antigua emula los días de colegio de su padre. Un pequeño tren aporta el significado que una persona muy especial tiene en su vida. Andrés Calamaro y su disco Salmón ponen la nota musical de un momento que fue clave en la vida del actor. "Es el disco que cambió mi vida de alguna manera". |
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